Friday, January 18, 2008

Aquí... un hombre.

Aquí, Madrid, mil novecientos
Cincuenta y cuatro: un hombre solo.

Un hombre lleno de febrero,
Ávido de domingos luminosos,
Caminando hacia marzo paso a paso,
Hacia el marzo del viento y de los rojos
Horizontes –y la reciente primavera
Ya en la frontera del abril lluvioso...-

Aquí, Madrid, entre tranvías
Y reflejos, un hombre: un hombre solo.

-Más tarde vendrá mayo y luego junio,
y después julio y, al final, agosto-.

Un hombre con un año para nada
Delante de un hastío para todo.

Ángel González.

* * *

Aquí, Barcelona, enero
de dos mil ocho: un hombre en todos.

3 comments:

Anonymous said...

¡Es perfecto!
¡Y pensar que me he enterado de la existencia de Ángel González justo ahora que acaba de morir!
He aquí mi nuevo propósito: voy a leer más poesía.

irene said...

Sí, debe de ser una de las pocas cosas buenas que tiene la muerte: que te da a conocer grandes escritores. Qué paradoja... Pero, en fin, ya se sabe que ellos no mueren nunca =)
¡Me encanta tu nuevo propósito! :D Yo me propongo sorprenderme más y, como dice Wislawa Szymborska (ya colgaré el poema), que no pase ni un solo día sin preguntarme por algo o sorprenderme por algo (hacer otra cosa, como dice ella, sería portarse mal con el Cosmos).

¡Un besazoooo!

Unknown said...

suele ocurrir a veces, nunca nos damos por enterados de lo bueno que anda entre nosotros, cualquier homenaje póstumo, para mí, como que no sirve al poeta, pero en este caso, ha addo a conocer su obra. Fue y es un tipo genial
Saludos
Tomás

p.d. la elección del poema, perfecto