Saturday, September 08, 2007

Galería de berlineses bordes

En general la gente en Berlin es agradable, como en cualquier otro lugar del planeta. Pero, como en cualquier otro lugar del planeta, siempre ha de haber esas odiosas excepciones que confirman la regla.

He aquí algunas de ellas:

1.- El quiosquero de Alexanderplatz.

(Antecedentes: Intentábamos ir a Nikolaiviertel y no sabíamos como)

Yo : -Do you speak english?

Quiosquero (sin levantar los ojos de la revista y amenazadoramente) : -No!!

Yo (titubeante y en un alemán que hacía años que no practicaba) : -co-co-como p-podemos ir a N-n-nikolaiviertel?

Quiosquero (sin levantar los ojos de la revista y como si le costase un gran esfuerzo) :- grghgh!! (mientras que señalaba con la mano hacia la derecha al tiempo que emitía su gruñido)

2.-El vejete en bicicleta que nos abroncó a gritos por pisar, sin darnos cuenta, unos centímetros de carril bici, apenas señalizado, en una acera que debía tener unos 6 metros de anchura.

3.- El quiosquero de Kudamm.
(Sustitúyase Alexanderplatz por Kudamm y Nikolaiviertel por Tourist information y todo lo demás es igual que en el caso 1)
Conclusión para futuros viajes a Berlin: jamás preguntar a los quiosqueros.

4.- La iracunda señora de la catedral de Berlin.
(Antecedentes: Habíamos subido hasta lo alto de la cúpula de la catedral. Aunque no hay ascensor, merece la pena. Las vistas son increíbles. La bajada, al igual que la subida, es por una larguísima escalera de caracol. Tras un buen rato de bajar llegamos a la planta baja, pero Paula no se dio cuenta y siguió bajando hasta la cripta, donde se encontró sola y rodeada de sepulcros. Yo, al ver que no venía, bajé a buscarla)
En la cripta:
Paula, en susurros pero muy excitada, me explica lo que ha sentido al verse en medio de todas esas tumbas cuando, de repente, como surgida de la nada, aparece una señora alemana altísima y furibunda que, mirándonos con odio, se agacha hasta que sus ojos quedan a la altura de los de Paula y, como si quisiera fulminarnos en aquel mismo momento nos dice:
-Sssscccchhhhssss!!!!
No exagero si digo que el "schs" duró como mínimo 20 segundos y que alcanzó los mismos decibelios a los que hubiera podido llegar un grito...

Verano en Berlin

Impresiones:
Ciudad grande y bella, bellísima, pero tranquila y silenciosa a la vez. El Tiergarten, inacabable. Los monumentos, imponentes. La cúpula del Reichstag a la luz de la luna, fascinante. Los paseos por Charlottenburg, deliciosos. El museo de Pergamo te deja sin aire. Y la historia, la historia te sale al encuentro desde todos los rincones...

Wednesday, September 05, 2007

Y de repente...

Y vueltas y más vueltas, y de repente ya no es julio sino agosto, y de repente ya no es julio sino septiembre, pero tú sigues escribiendo 2006 en tu libreta. Y de repente ya no estás en Berlín sino en Madrid, y te das cuenta de que ya está, de que ya vuelve la rutina. Y vas llenando tu cuaderno de viajes, y acumulas entradas a museos y billetes de autobús. Alguna que otra moneda extranjera aparece de vez en cuando en tu monedero, algún olor que te devuelve a esas tierras del pasado... Y ya está, sopla el viento, pasan las hojas del calendario. De repente ya no es Cary Grant quien te mira sonriente desde la cocina sino Ava Gardner, con su mirada por encima del hombro, pero tan guapa. Y ya está.




Pero de repente, de repente estás viva.




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Y ahora unos pequeños recortes de Madrid. Breve, brevísimo, pero muy, muy intenso.



Nubes de algodón... =) Si no hubiera habido un cristal sabríamos qué se siente al tocarlas.



¡Espejos y porras para empezar bien el día!



Y tu calle favorita, el sitio en el que, definitivamente, irías a leer La Vanguardia (o cualquier otro periódico, quedó claro) tranquilamente.



¡¡Me encantan nuestros viajes!!

Un beso fini-veraniego!