Había una vez un niño enamorado de una cascada: se pasaba las tardes jugando en ella. Pero el niño se hizo mayor, y empezó a trabajar, y ya no tenía tiempo ni edad de ir a jugar a la cascada (aunque, siempre que podía, pensaba en ella: la recordaba como un lugar muy feliz, su pequeño paraíso). No tenía tiempo ni edad, pero tenía dinero. Y, con el dinero, que no compra la felicidad pero sí los sueños de infancia, encargó a Frank Lloyd Wright que le construyera una casa sobre la cascada -SU cascada-.
Así nació FallingWater, la casa sobre la cascada.
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5 comments:
Estaba estudiando historia del Arte para el examen de mañana, y me ha apetecido imaginar la vida del industrial que encargó Fallingwater. ¿No lo encontráis curioso? Aunque pobres niños futuros, que no podrán disfrutar de la cascada...
Por cierto, está en Pennsylvania, y fue construida entre 1935-1937. (Ahora os recitaría todo el tema, pero no creo que interese demasiado, ¿verdad? jeje).
Es de estilo organicista, por su integración con el paisaje y su búsqueda de la armonía con la psicología humana.
Tal vez en un futuro no haya cascada...
Es impresionante esta casa.
¡Un beso!
Frank Lloyd Wright fué un arquitecto genial, muy adelantado a su época. Algunos de sus diseños fueron contemporáneos de Gaudí, ¡y sin embargo se ven tan actuales!
Saludos.
Pues a mi sinceramente me gusta más Gaudí :-)
Aunque la capacidad de Irene para crear historias de la manga, en cualquier sitio, en cualquier circunstancia, en cualquier momento, me encanta!!
Un beso,
Laia
Hablando en castellano, un hecho poco común
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